¿Y duerme toda la noche?

No. Los bebés recién nacidos no saben qué es una noche. No saben del movimiento de rotación, ni de los ciclos y rutinas de los humanos adultos.
Todavía no logramos entender por qué se le hace esta pregunta a los padres de recién nacidos. Imagino que es una de esas preguntas para hacer conversación, como ¿está haciendo calor? O ¿viste el juego anoche? Y así como me ocurre con las últimas dos, la nueva pregunta, sumada a la falta de sueño, me retumbaba en la cabeza.
«¿Cómo se llama? ¿Qué tiempo tiene? ¿Y duerme toda la noche?»
Estoy seguro de que el cuerpo debe tener algún tipo de sistema alterno de amabilidad porque mi respuesta era siempre una sonrisa y un «es una bebita, duerme siestas de una hora o dos». Esa respuesta, generalmente, daba pie para que se comenzara a hablar de algún otro bebé: «no, porque mi hija/sobrino/ahijado/la bebé de una amiga…» Lo que yo tomaba como señal para escapar.
Si me quedaba, aquello desembocaba en la inevitable oda a la fórmula y sus bebés dormilones. «Pepita se tomaba sus 200 onzas de tetero* a las 9pm y eso era corrido hasta las 6am». Yo dejaba ver otra sonrisa y un amable «es que el tetero es pesado y el bebé tarda para digerirlo. La leche materna se digiere más rápido». A esto le seguía un «a mí casi no me salía leche» o «mi lechita no lo alimentaba». La verdad es que me aburre la militancia y evangelización que asumen algunas mamás con la lactancia materna exclusiva (LME) y no iba a gastar la última rayita de batería que me quedaba el el cuerpo en ponerme a debatir sobre los beneficios de la LME. Lo cierto es que Cir, yo, y prácticamente toda nuestra generación, fuimos alimentados con fórmula. Defendemos la teta de M a capa y espada pero entendemos que cada cabeza es un mundo y cada familia una galaxia.
Unos meses después, luego de escuchar unos cuantos cuentos de cama, cuna, tetas y teteros, creo entender mejor la pregunta.  El sujeto de la pregunta no es la bebé, es la mamá. Entonces, la respuesta es No. O como cuando todas las mañanas le pregunto a Cir:
– ¿Dormiste?
– Ahí, más o menos.
*exageración mía
Jesús

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